Con cierta perspectiva miro con emoción este año pasado viajando por festivales, promocionando NOCHE TRANSFIGURADA e intentando tirar la caña y hacer que “las truchas cantan en las mañanas de verano” sea , algún día, una realidad..
Cuando se me cruzó la idea de hacer un largometraje sobre una mujer persiguiendo a otra , para averiguar mas de sí misma, mientras veía en el CCCB unas fotografías de Jose Luis Guerín, sobre su interesante película “En la ciudad de Sylvia”, nunca pensé que acabaría contándole esta anécdota al propio Guerín en el festival de Cartagena de Indias (mientras él me contaba que su 1ª peli tenía que haberse llamado “Noche transfigurada”), ni que compartiría cartel con “Déjame entrar” la revelación sueca del año, que acabaría falando galego en Montreal, o que en Camerún iban a compartir el humor y los avatares de Helena “des-astre”.
Una película se hace por pasión, por impulso irremediable, porque tiene que existir, porque hay una conexión emocional contagiosa entre un equipo, todos luchando por lo mismo, por una idea feliz (o desgraciada, para los efectos, da igual…..”NADA DA IGUAL) y no hay mayor emoción que el de ver los sueños hechos realidad. No importa que las circunstancias de producción no sean las deseadas, no importa que llueva, no importa que una multitud nos haya estropeado un plano o que gracias a un espontáneo un plano haya sido mágico, lo importante es hacer camino, plano a plano, consiguiendo el ansiado largometraje. No importa cuánto has tardado en tener la sinopsis o escribir el primer borrador, lo que importa es la fiebre que te invade cuado escribes, rescribes y empiezas a pensar que todo ese papel escrito tiene vida, tiene alma, y hay que dejarla salir.
70 páginas que parecía que no iban a ser suficientes, ja, no hay otra manera de aprender que rodar y rodar y montar y montar. 20 minutos menos entre el 1er montaje y el último. El año empezó en Armenia, recuerdo la ilusión de la 1ª selección, las gestiones para ver si era factible asistir, contactando con la única persona armenia que conocí, precisamente en un festival en San Petersburgo. El año continuó en Chile, en Valencia , en Colombia, en Milan, en Los Ángeles, en Londres, en Lugo, en Florencia, en Segovia y acabó en Yaoundé, Camerún. Lástima haber podido asistir sólo a la mitad, pero los vuelos transoceánicos no suelen estar incluidos en la “hospitalidad” del festival, y no estaba el horno para muchos billetes a América. Sorprende que algunos festivales sí costeen el transporte y alojamiento, a ver si dura, porque los “equipos” de las películas son el alma de los festivales. Recuerdo el 1er festival en el que viajé con un corto y observé la costumbre de la charla posterior con el director, gran momento para pensar “tierra trágame, ahora a disculpar las pifias, ahora a explicar al sinopsis que todos han leído y han visto ya la película, a contar anécdotas que probablemente no interesen a nadie” . Ese momento se me pasó por la cabeza cuando me pusieron el micrófono (y una cámara tambien) para hablar de NOCHE TRANSFIGURADA, qué iba a decir de la peli si ya todo estaba dicho y hecho, poco podía añadir…..pero no, fue un momento precioso, imborrable tanto en Valencia, como en Cartagena, en Milan (donde recibimos el premio del público), Lugo o Florencia poder compartir con la gente sus curiosidades, las preguntas que quedaron en el aire y las peticiones de una película para un personaje concreto. No hay duda, los directores están enamorados de sus criaturas, por eso siempre que pueden hablan de ellas. ¿Será por lo difícil que es llevar a cabo un proyecto? ¿Será por exceso de.pasión?
Fellini, Rohmer, Woody Allen, Hithcock, Chaplin, Tati, Linklater…nunca hubiera dicho que el público iba a ver algunas de estas referencias en mi peliculita…pero, afortunadamente, hay mucha gente a la que aún le gusta el cine, habrá que seguir haciendo pelis entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario